Septiembre

No me has pedido que me quede, pero tampoco me has dicho que no me vaya. Nuestra dinámica siempre ha sido ambigua. Creo conocerte, pero no termino de descifrarte. Te acercas a mí manteniendo una distancia prudente, y nunca me lo cuentas todo. Un halo de misterio rodea esta relación, y la hace profunda, dejando palabras y deseos en el aire.

No me has pedido que me quede, pero tampoco me has dicho que no me vaya. Nos distanciamos por días, hasta por semanas, pero siempre reanudamos el contacto. Hablar se hace divertido, y a veces nos perdemos en una simple charla. Me gusta ir removiendo lentamente las capas tras la que se oculta tu verdad, y conocerte de a pocos, dejándote mostrarme lo que quieres que vea.

No me has pedido que me quede, pero tampoco me has dicho que no me vaya. Hoy mas que nunca creo firmemente que hay muchas cosas que no se dan porque no es el momento adecuado, por puro bad timing. Y eso es lo que nos ha pasado siempre. No hemos coincidido en el lugar, en el momento, ni en la etapa de la vida. Honestamente, no sé si algún día nuestra sincronización mejore y por fin los astros se alineen para que algo suceda. Sin embargo, me gustan los enigmas. Imaginar lo que podría ser, y lo que no. Develar todas las posibles variables con sus resultados.

No me has pedido que me quede, pero tampoco me has dicho que no me vaya. Y siento que así está bien, pues las mejores historias, son a veces, las que imaginamos y no las que vivimos.

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