A tu lado viví algunos de los mejores y de los peores momentos de mi vida. Aprendí a amar tu diferencia, a aceptar tu oposición, a apoyar tus sueños. Comprendí el valor de mirarte, de grabar en mi mente cada uno de tus detalles. Entendí la importancia del silencio, de las miradas profundas, de la complicidad, del misterio. Adoré el sonido de tu voz, de tu risa, tu cadencia al hablar.
Me acostumbré a sentir tu respiración junto a mi cuello, sobre mi espalda, acompañando mis besos. Atesoré tus abrazos, tus detalles, tu llanto. Busqué una y mil veces tu mano para entrelazar mis dedos con los tuyos. Te dejé refugiarte en mi pecho y agradecí lo vulnerable que te permitías ser cuando estabas conmigo.
Disfruté la manera en la que tus ojos me hablaban haciéndome sentir que era única, que era tuya, que eras mío. Admiré tu destreza a la hora de escribir, tu pasión por los deportes, tu devoción por los perros, tu lealtad con tus amigos. Amé y a la vez detesté quién fuiste conmigo.
Pedazos de ti todavía aparecen en mi camino. Olores que trae el viento despiertan mi memoria, moldeando tu silueta con sombras de extraños, dibujando tu rostro con sonrisas ajenas, borrando suavemente tus besos en los labios de otros.
Eras mi presente y quería que fueras mi futuro, pero te dije adiós hace tiempo, de a pocos, despacito. Desde la distancia solté tu mano y fui observándote, desenredando poco a poco la trama de tu vida, descubriendo sin filtros quién eras, quitándome la venda del ideal para abrir los ojos a la realidad.
Fui aceptando que no íbamos tan bien juntos, que nuestras diferencias eran más grandes que las coincidencias. Fui reconociendo sin miedo que no me gustaba tanto quien era cuando estaba contigo, que nuestro tiempo juntos era finito y que no iba a haber un para siempre.
Solo incertidumbres quedan hoy entre nosotros. Todas ellas cobijadas por una única certeza: el futuro del que tanto hablamos no será nuestro. Envejeceremos distantes, aparte, lejos, inconstantes. Amaremos otras almas, recorreremos más cuerpos, construiremos nuevos sueños, seremos otros. Nos volveremos extraños, indescifrables, inalcanzables.
Vivirás en mí como un rastro del pasado. Viviré en ti como un recuerdo borroso. No seremos más que una de las tantas historias en nuestra línea de tiempo.
¡Tuvimos tanto!
Y hoy…
Hoy, entre nosotros, no queda nada.